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Poemas de Erick Alan Hernández Ortega (México)



Erick Alan Hernández Ortega (Ciudad Fray Bernardino de Sahagún, Tepeapulco, Hidalgo, México, 1992). Artista multidisciplinario y docente. Dirige la editorial independiente Xihuingo Ediciones, forma parte del colectivo Fanzine Kiosco Volador, es coordinador del Centro Cultural Regional de Tepeapulco de Secretaría de Cultura del Estado de Hidalgo donde promueve la literatura, gráfica experimental, la música, el arte y cultura local en espacios jóvenes de la altiplanicie Pulquera de Hidalgo, México. Es mediador de lectura por el programa nacional de salas de lectura desde 2019. Da clases en el colegio Fray Toribio de Benavente sobre las materias de español, literatura y comunicación. Toca música tradicional en el colectivo Son Tlacuache con ritmos como Son Jarocho, Son huasteco y rancheras.


Resultó ganador del tercer y segundo lugar de la categoría de poesía del certamen internacional de cuento y poesía de ciencia ficción José María Mendiola (2016 y 2018 respectivamente). En 2016 recibió el Premio Municipal de la Juventud de Tepeapulco en la categoría de arte y cultura. Su poesía ha sido publicada en diversos medios como en el poemario: Ciudad de madrugada (Pulkata Press, 2015), en la antología: ...y nunca bailamos solos (Pulkataress, 2016), en la antología: Poesía desde la coyuntura: voces para caminar (CLETA UNAM, 2017), en la antología: Para quien está de paso (Malavida Promotora Cultural, 2017), en la antología del 2do. Encuentro Efímero de Poesía (Pachuk Cartonera Editorial, 2017), La otra Revista (2018), Revista tlacuache (2019), en Bitácora de vuelos (2019), en la antología del 4to. Encuentro Efímero de Poesía (Pachuk Cartonera Editorial, 2020), antología: Casa de los espejos (Editorial Ave Azul, 2020), Revista Engarce (2021), entre otros.


En 2020 resultó beneficiado del programa Polos Virtuales (IMCINE) para la formación audiovisual del estado de Hidalgo, resultado de estudiar este programa realizó el cortometraje documental: The Lord of the pulques (2021) y Xihui espacio cultural (2022).





HÍKURI


I


Volando

doy tragos de mezcal y sangre,

encaminando lo que soy, lo que fui y lo que seré,

al desierto que me espera al norte;

el tío peyote es en mí, para el encuentro,

camino y horizonte.

Marratutuyari está conmigo.

Nublos cenizos cercan los términos del alma.

Tamtames abisales cruzan el sendero,

mientras el aire suena a tarima y quinta,

haciendo latir el corazón que pulsa en los pies.



II


Hay leche de matas servida en xoma,

que santigua para alcanzar la altura de la sierra;

el cerro gordo donde brota el tejuino,

refugio en que Coyote y yo nos comprendemos,

en un decir como retornando al monte.



III


Ansioso en la mitad de la fatiga,

las hojas de la temachaca me vuelven el respiro,

en el agüero y la mano sabia del owirúame;

la baba del nopal cura el rastro de los filos.

En el maguey está mi casa; Híkuri, la madre,

espera mi revelación, en el páramo interminable

donde con besos amargos, remedia la sed

de los pueblos de Tatewari, el abuelo lumbre.

Sereno, antes del retorno,

bajo con la noche hasta tocar el alba

que doblega el tormento de la muerte.

Hoy dejaremos, en este trago y el bocado

de ser ordinarios

y volveremos a nacer.





TRANSFIGURACIONES

 

Hay días que cambio mi figura,

terso tacto, roca insufrible

instantes

amor tornasol.


En viento que hierve

mudo mi carne

se trastumba el desenfreno.

Con el corazón acompasado respiro lento.


Primero roces de fuego,

dispongo mis manos

para blandir tus contornos

en un vaivén,

después tiernas pinceladas

blandas de aguanieve.


Rock&roll lento,

apunto de guitarra rota,

besos rondándome entero,

una botella de mezcal,               un cigarro.


De pronto todo cambia, tempestad

a veces anochece

por tu saliva desespero,

de un instante al otro, trasfiguro.


No hay parajes

otros días

ni un recuerdo,

me embriago, no existo;

un arma de doble filo es el silencio.






CEREBRO BAYESIANO


Para Helena


I


El momento se suspende en pixeles

una mesa redonda rodeada de recuerdos,

un recuerdo rodeado de sueños extraviados

un resuello hacía atrás;

y es bebida y es comida

es canciones circulares

es circunscrito a platicas placenteras.



II


Las variables abundan

y sé que sólo es certeza

las risas reverdecidas,

los bailes bien bonitos,

amistades sedientas sensacionales.



III


Trechos largos de longitud

para edificar imágenes imaginarias

que mutan y se reconstruyen

como nubes que van lentamente

pasando dentro de la memoria.



IV


La muerte no la recuerdo

cuando estamos bebiendo licor

o fumando del tiempo

nos suspendemos en cumulonimbos

para ir lentos ante el desastre

que es olvido

y un retorno

lleno de nuevos escenarios.




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