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Dos poemas de Linda Acosta


Entre la selva y el mar, Linda Acosta nació en Villahermosa. Cosmopolita, nómada. Socióloga por la UAM-Xochimilco, Máster en Relaciones internacionales por la URJC-Madrid. Cursando el posgrado de Escrituras con FLACSO-Argentina. Vivió 18 años en Madrid, reside en Inglaterra. Viajera, sorora, ecologista, anarquista, cocinera, taróloga, amante del arte, las letras y de la naturaleza. Escritora y poeta para viajar entre mundos. Comparte reflexión por libre elección y responsabilidad.



TIERRA FÉRTIL MI LINAJE


Donde la selva y el mar se encuentran,

donde se tocan a través de los ríos,

arcilla, agua, y sol se concentran,

son sus colores mis desvaríos

es mi raíz húmeda, rica de mariposas blancas,

Tabasco, crisol de personas francas.


Cuna de olmecas, arrullo de mayas,

reposo para piratas ingleses y españoles,

llegados en barcas navegando el Grijalva;

por tonos jade entre tortugas y caracoles

pincel de fuego, tinta pantano desde su alba

el cielo dibuja ondas, jaguares, o guacamayas.


Por la ribera de sus playas,

lugar en que el cangrejo descansa,

en un petate bebiendo coco le hallas;

ahí, donde el cocodrilo se amansa

y se vuelve recreo y sorpresa

la danza del pijije y la garza traviesa

solicitando contemplación y cuidado,

el entorno reclama ser respetado.


Bajo la ceiba hace sombra

maíz, cacao sustento,

plátano crece contento

en dulce sierra se alfombra,

es de poeta quien nombra

el murmullo de mercados,

entre todos los pescados

como rey el pejelagarto,

zapote o mango comparto

riqueza de resultados.


Suena el zapateado

y el ritmo de tamborileros

la marimba en el estrado

bailan tulipanes y sombreros,

como cascadas floridas faldas

o listones que forman guirnaldas.


Guindada en hamaca o piragua

posada entre cayuco y verde

no hay quien no concuerde

que es mi abolengo del agua.



SONETO A MI ÁRBOL DE GUAYABO


Mi corazón, perfuma la guayaba

con sus delicadas flores pálidas

pienso sus hojas aterciopeladas

verde piel, rosa dulzura, gozaba.


Sobre columpio mis atardeceres

mis sueños, refugio, yo columpiaba

cazando los arcoíris pasaba

bajo las gotas de lluvia, placeres.


Trepada por sus ramas los bocados

mención, infancia gozosa de mieles

frutos de mi árbol, saboreados.


De aroma la madera sus pieles

corteza vasta, paisajes pintados

Tropicales silvestres los pinceles.

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