Natalia Bustamante, nació en 1994 en la Ciudad de México. Estudió Historia y Sociedad Contemporánea en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Ha publicado sobre pueblos originarios de México y Latinoamérica. Sus poemas han aparecido en medios digitales e impresos en Ecuador, Colombia, México, Perú y Chile.
Una joven oculta a la orilla del Éufrates
también es hallada en el río de los Remedios
“Aquí estamos las muertas de siempre,
muriendo de nuevo, pero ahora para vivir”
-Subgaleano “Entre la luz y la sombra”, (EZLN, 2012)
Desde dónde observamos las ruinas cuando
una kece en Rojava tuvo que espinarse los pies
sobre un oasis de rezos e higos, para exhalar y
resistir sobre una alfombra de esclavitud y tiempo
Tendríamos que cantar “¡no tenemos miedo al Daesh!”
cuando la sangre furiosa de miedo es grito
de nuestras compañeras por sobrevivir al fuego
Cómo sujetar la mano de una niña si el viento
y las calles de la periferia…
periferia…periferia no le pertenecen,
si cada vez que intenta no hundirse mientras
miradas apuntan, caminos de estrellas ennegrecidas
le entorpecen los sueños.
A las rastreadoras de El fuerte
Hay nubes cargadas de llovizna destrozándonos la mente
imágenes sonoras cabalgando el paisaje
pasos sumergidos a ras del desierto humeante que transito
cadena de sitios que trazan una huella lila de tu ausencia
Las espinas cicatrizan tus ojos cargados de luz
a veces sumerges una astilla hasta desentrañar la sangre de esta tierra
pútrida
blanda
humillada
desencajada de todo sitio para vernos llorar
Hinchados sobre olas desérticas ves suturarnos la piel
acaso un destello revela tu rostro calmo tibio limpio de toda sequia
Así revientas en mares:
(extensiones de biznagas fumigadas esparcidas bajo nombre
de sádicos reptiles nocturnos avasalladores manchados de toda furia)
Así te expulsó la miseria ausente de toda humanidad:
navegando a la orilla del infierno escuchas pasar
sus latidos sedientos de ternura
sentada vuelves al cumpleaños intacto
simple completo al estallar del recuerdo
-tomas la cámara- tus dedos desfilan tejiendo
un instante para navegar constelaciones.
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