Lorena Medina es arqueóloga por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Además de su pasión por la arqueología, Lorena tiene una fascinación por la literatura que la ha inspirado a entregar gran parte de su tiempo a la lectura y la escritura. Ha colaborado en diferentes eventos tanto como culturales como de literatura. Así mismo, ha visto su trabajo publicado en periódicos, y en revistas de poesía del Pacífico Noroeste.
RUTA DE CARRETERA EN LUNA DE ABRIL
Te vi
sobre los mantos de la causalidad
entraste en mi piel
tocando mi apetito, una luna de abril
en medio de campos cosechando vida
rodeado de manzanos floreciendo en tus manos
para luego, dibujar mi silueta
sobre el inerte afán de poseerme.
Tú
labrantío raso
poniente de espumas en espera
punto cardinal
céfiro susurrando mi nombre
como espejismo…
interponiéndote entre las metálicas horas de la monotonía
y los embelesados campos que te arroban.
Yo
transito la carretera sin atender su paisaje
la ruta envejece sus siluetas
te repaso trepando mis oídos
delineando mis orillas
esbozando la lujuria…
despertando en los rincones de tu corteza
tendida sobre la punta de tus dedos.
BEBIÉNDOTE TU VIDA
Te sientas al frente mío
son las horas tempranas de la mañana
y tus tonos ya saben a amargura.
Etílicos fluidos agazapan tu cordura
en el sillón al frente mío,
desde donde me observas interrogante
y me hablas con una elocuencia fabricada.
Me has visto desdoblarme
poco a poco
al tiempo que tu desequilibrio avanzaba
a ambos lados de la realidad
para transfigurarte en perpetrador y mártir.
Entre tu intoxicación y tu odio
una turbia mirada me acecha
-la tuya-
desde otra voz
-la tuya-
desde otro cuerpo
-el tuyo-
alcoholizado.
Entre el sobresalto y el cansancio
un hormigueo en mis manos me reclama,
vete
no te quedes…
vete
no te quedes…
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