Indira Ríos, nació en Honduras. Algunas de las revistas donde han sido publicadas sus letras son de México, Argentina, Francia, Colombia y España. Ha participado en varios festivales internacionales de poesía; así como en antologías en México; España, Argentina y Colombia. Algunos de sus textos han sido traducidos, al inglés, esloveno e italiano. Ha participado como ponente en el tema migratorio en El Consejo Mexicano de las Ciencias Sociales, así como en otros espacios académicos, además ha participado como ponente para tratar la convergencia entre el arte y la realidad social para colocar la discusión del arte como instrumento de lucha en espacios como Flacso-Guatemala entre otros. Es luchadora social y educadora popular, estudió una licenciatura en Pedagogía y Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, una maestría en la Universidad La Salle de Nicaragua, actualmente es estudiante del Doctorado en Estudios de Migración en México.
HISTORIA
Escribo condenada
desde la salvación de una hiedra
que trepa desde mis huellas
hasta el pensamiento
clavando sin mesura ojos interminables,
mi alma rasgada recoge los pedazos
y con cada uno parcha
inocencias convalecientes a su lado,
mirar desploma
lluvias de alaridos invisibles
en el sótano de la garganta,
mi cuerpo de ojos escarba furioso
los funerales de la vida,
el oxígeno
se desmorona
entre mis manos,
transito
y me declaran culpable de delitos,
es ilícito transitar viva
con heridas de muerte
en la existencia,
me encierran
pero sus celdas son ciegas,
me fugo en un instante
y me declaran fugitiva
con la vida en un hilo de piedra.
MALDITO EL INICIO
Ando deambulando,
un sórdido augurio cruje sentado
en mis ilusiones deshojadas
¿Ilusiones?
Todas se han vuelto una muchedumbre de puñaladas.
El día y la noche son telarañas
sofocando mis confundidos pálpitos,
despertar, dormir, dormir, despertar
¿Son diferentes?
Ambos me amenazan,
el miedo está en ambos, míralo
caza mis pupilas inmaculadas
¿A quién le hablo?
¿A los periódicos?
¿Estoy dormido?
No sé,
bailan las sombras vestidas de basureros
la catedral es enorme y no tiene entradas,
la brisa hace un duelo con mis débiles andrajos,
las nubes se escurren,
la hipotermia acosa el callejón que socorre
mis huesos apiñados,
los semáforos juegan con sus luces
¿Hay alto para mi pena?
¿Cuándo inició?
¿Por qué no me miran?
¿Creceré?
Las suturas de mis fuerzas están naufragando
¿Existo?
¿Cuándo dictaron mi sentencia?
¿Es vitalicia?
¿Qué hice?
Todo está borroso, mis vísceras se desploman,
las yemas de mis arpegios buscan salvación
¿Y si mi boca fuese grande?
La alcantarilla quiere tragarse la ciudad,
me pide una sonrisa
¿Qué es una sonrisa?
No lo sé, se lo preguntaré
porque en alguna esquina vagabunda escuché,
que los niños siempre ríen
POR FAVOR
Dile al mañana
que la hendidura del infortunio será cerrada
por la fuerza de todas las vidas pendientes
que yacen debajo de los puentes
Dile al mañana
que hay fósforos ajustando las cuentas
de hacedores de bancarrotas en cenas despobladas
dile que el desfalco de las selvas del mar
engendró el veredicto de ballenas justicieras
que llevan arpones
que olfatean criminales terrestres
Dile al mañana
que los banqueros son forajidos de cabezas inexistentes
dile que la desnutrición
murió entre frutos colectivos
que pescaron indignaciones
que marchitaron la muerte
Dile al mañana que la dignidad
es insignia pétrea que resucitó entre poesías
dile que existen las palabras de acero
que confiscaron el humo traidor
de humanos de mentiras
Dile al mañana
que la paz es una sonrisa necia
que come todos los días
bailando entre tambores
dile que el amor
no es otra cosa
que arcoíris de niños
tejidos en las arterias
de viejas batallas.
INTENTOS
Cuando el trote de los días
parece un golpe mortal
intento parafrasear la alegría
que con magistral calma
deletrearía un niño
Juro que lo intento
pero el lápiz turbio suspira
y todo vuelve a empantanarse
las palabras están nubladas
veo a niñas entre sádicas nupcias
exiliadas de la alegría
en Indonesia los niños
son una isla con cáncer
de indefensas sonrisas terminales
lo intento
juro que lo intento
mi fe cuelga en sus luces cabizbajas
sedientas de todos los días justos
Sigo intentando
la persecución está bocarriba
Sigo
Intento parafrasear la alegría
y las ventanas de emergencias
apuntan a la epifanía de risas
que consuelan los suburbios
debajo de mis ojeras,
al fondo de ellas
en el barrio
una niña le cuenta a su abuela
que siempre es de día,
entonces la esperanza cabizbaja
hace una promesa a su sonrisa
y en la última lágrima de la noche
recuerdo que la sonrisa es una gigante
de muchas bocas
y por eso la mía hoy sigue incompleta.
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