Santiago Canto Sosa nació en Calkiní, Campeche, México, el 19 de julio de 1962. Estudió en la Escuela Normal de Profesores de Calkiní (1977-1981), en la Escuela Normal Superior Federal de Campeche (especialidad de Español, en 1985-1990) y Diplomado “Medios para comunicar el patrimonio”, en el Instituto Internacional de Periodismo “José Martín”, en La Habana, Cuba, 2011). Libros publicados: "Resumen de la piel” (Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Campeche, 1994), “Los cantos de Uno” (Ediciones Nave de Papel de Bacalar, Quintana Roo, 1997), “Abecedario de la casa” (Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias, PACMYC-Campeche), “Poetas del Camino Real” (compilador; edición de la Universidad Autónoma de Campeche, 2008) y “Biografía del insecto” (edición particular, 2021).
EL MISMO CANTO
I
Descubre el pájaro su trino injusto,
su trino pescador de oídos sordos,
sus alas, que predicen el crepúsculo.
En su plumaje lleva un arcoíris
que vuela entre metáforas de polvo,
de ciudad en ciudad, harto de bilis.
Su pico es triste, pero llega lejos,
alcanza las montañas de mis ojos,
divinos ojos porque viven ciegos.
Su nombre es pájaro, su nombre alado.
Su canto gongorino y doloroso:
poeta sin dinero -sin trabajo-.
II
Lagrima la Verdad; el desengaño
de sorprenderte ajena me contrita,
me libera de tus besos amargos.
Por eso digo a la memoria, triste:
como poeta soy equilibrista,
mido las letras en los versos libres.
De plano el mundo de cabeza canta;
piensa con el estómago. La prisa
es un lugar común cada mañana.
Quiero decir qué pena, qué bullicio,
en el amor gobierna la injusticia:
llora la hiena y ríe el cocodrilo.
III
No es cierto que camine el caracol
con su casa en las espaldas. Su meta
es construir su casa en la de Dios...
Por eso las tortugas lo persiguen,
quieren hacer su nido entre la arena
con el martirio que la ola escribe.
Así el poeta busca la Verdad,
rasguña el remolino, las tormentas;
sólo encuentra la muerte material.
Pero al morir todas las noches, calma
los cuerpos que a su espíritu regresan
en el inmenso cántaro del alba.
Comments