NAHUAL
Nahual,
río sagrado,
mides el pulso de las estrellas.
Habitante de los cerros,
amante de la tierra,
has hecho dueños de tu corazón a todos tus ancestros.
Hombre y animal, curas desde los adentros,
sanas mi alma,
hurgas en mi pecho
y el mal lo desbaratas con tus dedos.
Tú conoces todos los mundos,
por los que anduvieron los muertos.
Haces tuya la muerte,
y las aguas del conocimiento.
Eres el Dios
del día y la noche.
Cuidas y amas
todo lo que hay debajo del cielo.
Llenas los vacíos con tus cantos.
Eres dueño del misterio
y del conocimiento.
Hombre de piel morena,
se te han borrado de las manos las huellas
de tanto trabajar la tierra.
Las cañadas y los llanos son testigos del amor
que por ti desprende mi pecho.
Pues me has enseñado a observar,
a escuchar y a calla,
mientras hablan los ancestros.
Hombre de gran sabiduría,
naces desde las cenizas
y te adueñas del universo.
Eres el sol que alumbra las milpas,
haces del maíz un Dios,
alimentas con amor
a todos nuestros huesos.
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